REINTEGRACIONISMO
El reintegracionismo es un tema del que todos los gallegos somos conocedores. Es cierto, que igual por la información que nos incultan o por la que nos llega por los medios de comunicación, la mayoría lo ve como una medida más bien de carácter político e independentista. Pero nada más allá del campo político. Desde mi perspectiva, siempre percibí el movimiento de esa manera. Sin embargo, estas clases han dado pie a que reflexione sobre este tema que tenía en segundo plano y que realmente está muy presente. También cabe destacar que la presencia del video Porta aberta ao exterior y a su vez de la lectura de Fagim, me ayudaron a forzar mi opinión dentro de caso.
Como casi todo en nuestra sociedad, es una cuestión política. Existe por una parte unos que defienden el uso del gallego castellanizado, que es la normativa actualmente vigente. Por otro parte, los que ven esto como una traición a la tradición de la lengua, y buscan un uso de un gallego sin la presencia del castellano, acercándose a su pasado común con el portugués. Hay una cita de Carvallo/Carvalho Calero que resume muy bien esta división de opiniones “O galego, ou é galego-portugués ou é galego-castelán.”
Cabe destacar ciertos aspectos, para comprender mejor la situación. La etimología de este término se deriva del concepto de "reintegración", que implica volver a integrar algo que se considera separado o apartado. En este caso, el "reintegracionismo" propone la idea de reintegrar el gallego en su relación histórica y lingüística con el portugués, reconociendo que ambas lenguas comparten un origen común y tienen similitudes lingüísticas significativas. Otro hecho a destacar, es la historia del gallego en sí. Desde su inicio, siempre fue una lengua usada por el pueblo, en la siglo V y en la dictadura franquista incluso. Sin embargo, esta era un lengua prescrita, es decir, no estaba normalizada, no contaba con normas gramáticas. A pesar de esto, ya en la Edad Media, el gallego era considerado una lengua de culto, con la existencia de una tradición o una literatura excelente, por ejemplo. Continuando en la época del Rexurdimento, el castellano es la lengua de poder y empieza a imponerse sobre la lengua del pueblo. Lo podemos observar en la reconocida obra de Rosalía de Castro Cantares Gallegos. Esta obra se centra en la oralidad y en ese momento, se usaba el término “gallego”, en lugar del actual “galego”.
La propuesta reintegracionista, al optar por la ortografía portuguesa, el lugar de la castellana, puede causar dificultad y confusión a los hablantes nativos. Dentro de este tema, quería contar una experiencia personal. Recuerdo que cuando era pequeña mi tío, me regalaba libros en el idioma lusófono. Yo, si prejuicios hacia la lengua, los leía sin mayor problema, aunque es cierto que mi tío me tenía que explicar algunas palabras que eran desconocidas o muy distintas al gallego o que no conocía. Pensándolo desde esta perspectiva, enseñar a los niños dentro de esta lengua no sería un gran reto. Aunque si es cierto que para los hablantes del gallego normativo actual, adaptarse a la normativa lusófona si que iba a ser bastante complicado.
Dentro de este tema, se creó una normativa novedosa, que intentaba cortar el debate, siguiendo ciertas normas de gallego-castellano y ciertas del gallego-portugués. Esta propuesta se llama Normativa de Mínimos e intenta funcionar como una guía del gallego, para lograr incorporar nuestro idioma en todos los ámbitos y alejarse de la progresiva españolización. Esta me parece una propuesta muy interesante ya que su intención es juntar las dos vertientes de pensamiento. Sin embargo, siento que tiene que depurarse y no está lo suficientemente preparada cómo para llevarla a cabo.
Adjunto la normativa completa:
En última instancia, la medida reintegracionista plantea importantes preguntas sobre la identidad y el futuro del gallego, así como sobre la relación de Galicia con el mundo lusófono. Es un problema muy grave que existan dos normativas para una misma lengua y que ambas cuenten con un amplio respaldo. Este debate político en torno al gallego puede percibirse como una debilidad, ya que refleja divisiones y falta de consenso sobre cómo preservar y promover adecuadamente la lengua. La existencia de dos normativas puede generar confusión entre los hablantes y dificultar la unidad lingüística y cultural. Es crucial encontrar vías de reconciliación y consenso para fortalecer el gallego y garantizar la conservación de nuestra lengua.

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